Y así sin más me despido, deseando que paseis una gran semana y recordando que nosotros, nos vemos aquí, en una próxima entrada.
Sed Felices!
Os dejo la entrada de Iván:
La Cruda Realidad
Salí del portal.
Llevaba conmigo una simple bolsa. No recuerdo la marca pero en ella llevaba una
muda limpia, dos pantalones recién comprados, un pasaporte y un sinfín de cosas
inútiles. El aire de la calle cálido y seco y me dio de lleno en la cara. Tras de
mi la puerta se cerro y anduve por la calle hasta la parada del autobús.
Observe el tiempo que le quedaba para llegar el autobús y espere. Este tardo
solo 4 minutos en llegar. Me subí, pase la tarjeta y me senté cerca de la
entrada. Para pasar el rato me puse los auriculares. Me concentre en el paisaje
urbano que veía y deje de lado la música. Creo recordar que escuchaba algo de
Carlos Jean o Mago de oz. Al llegar a mi parada me baje y me dirigí a un paso
de peatones. Lo cruce y me fije en el termómetro-hora que había cerca de la
parada del bus.
-“40 grados, que
barbaridad”-pensé.
Me acerque a la parada y espere un rato. Eran
las 7 y cuarto y todavía me faltaba media hora para irme así que tan solo
deambulaba. Como tenía algo de sed me acerque a una fuente cercana de la que
manaba agua muy fresca y pude saciar esa sensación. Volví a la parada y pude
ver gente mayor de mi pueblo. Cerca de donde yo esperaba había un matrimonio
gitano con un hijo pequeño. Estos llevaban consigo una piscina montable y el crio
solo repetía las ganas que tenia de probarla. Espere un rato más hasta que
apareció alguien que yo conocía. “Chica” me saludo y ambos nos dimos un par de
beso. La acompañaba una chica llamada “Muchacha”. Me la presento y le pregunte
algo acerca de un viaje. Las dos se fueron a un lado y yo seguí esperando.
Ambas conversaban y se daban muestra de cariño como caricias, besos, sonrisas
etc. Una mujer rubia que paso por allí con un niño pequeño las observo. Solo me
acuerdo de la expresión que puso al verlas. Era de rechazo y repulsión, me dio
a mí a entender. El autobús llego y yo subí de los primeros. Salude al
conductor ya que me conocía y me senté en un asiento cerca de la puerta
trasera. Me acomode y pude verlas de nuevo. Ambas seguían hablando y se despidieron
con un furtivo beso de despedida ya que “Muchacha” era del lugar. La escena fue
observada por gente esperando para subir. Estos cuchicheaban sobre la escena
como si hubiera ocurrido algo malo. En ese momento me di cuenta de que aunque
existe libertad sexual en este país, esa
reacción me confirmo que aunque se da esa libertad, bastante gente sigue viendo
con malos ojos las relaciones entre gente del mismo sexo.
Esa escena que
observe reflejo muy bien la cruda realidad que vivimos en determinadas ocasiones.
PODEIS SEGUIRNOS EN TWITTER: @FranMartin93 y @MarienSuzuki
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